EN UNA CÁLIDA TARDE DE VERANO
Tenia un rostro joven
e inocente
y el pelo corto
negro y suave
y la vida por delante
aquella con quien compartí
el primer beso
Escondidos tras un muro
bajo el cielo de una tarde de verano
más tensos que relajados
y más nerviosos que excitados
era tan bella
aquella con quien compartí
el primer beso
Cuando todo eran colores
y sueños
cuando temblábamos ante
los primeros amores
y la ilusión
siempre creciendo
en nuestras manos
en una cálida tarde de verano
Ramón Lobo López